“Que es mi barco mi
tesoro,
que es mi dios la
libertad,
mi ley, la fuerza y el
viento,
mi única patria, la
mar.”
(José de Espronceda,
Canción del Pirata, pg. 194)
Me gusto esta
clase de literatura hispana. La verdad es que yo imagino que esta clase podría haber
sido bien aburrida. Pero lo que me gustó tanto sobre esta clase es que fue
designado para que el estudiante pudiera aprender lo que él o ella necesitaban aprender,
según sus propias necesidades. Me imagino que cada estudiante aprendió algo distinto
de la clase que cualquier otro estudiante.
Con esta introducción
yo quiero compartir la lectura que más me gusto. Es la poesía de Espronceda
sobre la vida del pirata. Todavía cuando lo leyó yo puedo imaginar el pirata
parado allí sobre su barco con una risa que solo él entiende mientras que él va
donde el viento lo lleva. Esta poesía me
influyo tanto porque cambio como veía el mundo mío.
Cuando empezó
este semestre yo estaba en el medio de aplicar a la esquela de medicina y me había
casado hace poco. De ciertos modos yo estaba explorando aguas desconocidas. Yo
no sabía a donde iba para la escuela y no sabía cómo portarme como esposo. Al
principio me preocupe muchísimo porque no quiso equivocarme; yo fui puro lado
luz y tampoco había conocido a mi lado sombra. Por eso me equivoque muchas
veces. Después de escuchar del poder de una persona balanceada con los dos
partes de luz y sombra, me di cuenta de que yo tenía que abrazar los dos lados
y no preocuparme tanto. Como el pirata, yo tenía que aventurar en aguas
desconocidas y disfrutar cada segundo de ello.
Al hacer
esto yo encontré una balanza que me libró. Seguro que este semestre ha sido una
aventura y todavía me equivoco en hacer lo que necesito, pero me divierto muchísimo
porque estoy viviendo como pirata. No sé a dónde el viento me llevara al final,
pero el viaje es lo que estoy disfrutando ahora y es dulce.